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Salud

Hábitos saludables que mejorarán tu calidad de vida si los pones en práctica

Autor: Estefania Ferrando
Fecha de publicación: 15 noviembre, 2018

La OMS (Organización Mundial de la Salud) considera que la salud es algo más que la ausencia de enfermedades. El bienestar físico, psíquico y social aumenta la esperanza de vida y son los pilares sobre los que se sostiene el que una persona lleve una vida sana. Siempre hemos escuchado la frase: haz deporte diariamente, pero aunque suene trillado hacer ejercicios y mantenerte en forma es uno de los hábitos que te ayudarán a tener una calidad de vida muy buena, ya que hace más fuertes tanto los músculos como los huesos, mejora la circulación de la sangre, consume calorías y nos hace bajar de peso, además de fortalecer nuestro corazón.

Además de una buena rutina deportiva, la buena o mala salud viene determinada, de forma muy poderosa, por muchos otros hábitos como los de tener una alimentación balanceada, descansar lo suficiente y tener calidad de sueño y acabar con todos esos vicios que de alguna  u otra forma, nos impiden disfrutar de una salud excelente.

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Presta atención a lo que comes

Los buenos hábitos alimenticios son, probablemente, el elemento que más influye para que una persona se mantenga saludableNuestra dieta debe ser equilibrada y debe contener una combinación óptima de nutrientes como las vitaminas, las proteínas y los minerales. El calcio, las vitaminas C y D y las proteínas conforman el comando de choque para que la persona mantenga una excelente salud ósea, muscular y articular. El Plato Harvard recomienda que, cada comida, debe estar compuesta por una mitad de verduras y/o frutas, un 25% de carbohidratos y un último cuarto a base de proteínas. Si tenemos que pasarnos con algo, mejor con los vegetales. El consumo de proteínas recomendadas son las que contiene el pescado o las carnes magras de las aves, los lácteos, los huevos y las que contienen las legumbres y frutos secos. Debemos buscar los granos integrales de los cereales como el arroz, que son más ligeros y más ricos en fibra, y los que contienen las frutas y las verduras, y consumir hidratos de carbono que no hayan sido procesados ni que contengan azúcares añadidos. Además, los expertos recomiendan hacer entre 5 y 6 comidas al día.

Realiza ejercicios de cuerpo y mente

La vida sedentaria es una asesina en serie, y es sospechosa de causar -de forma indirecta- cientos de miles de muerte al año a través de accidentes cardiovasculares, la diabetes, la obesidad y la osteoporosis, entre otras muchas patologías de las que se cree que está detrás. Practicar ejercicio no requiere que efectuemos grandes alardes físicos, correr maratones o hacer un triatlón. En muchos casos, gente sin hábito ni preparación física que se decide de buenas a primeras a correr diez kilómetros diarios o a levantar pesas como si quisieran batir un récord olímpico, más que una medalla lo más probable es que le dé un infarto. Cada vez son más los especialistas que aconsejan el caminar como la mejor forma de ejercitar nuestro cuerpo. Paseos de media hora o dar unos 10 000 pasos al día mejora nuestra salud física en general, reduce el estrés y ayuda a bajar de peso. Todo en uno: bueno, bonito y barato.

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Duerme bien

Dormir es una de las cosas que hacemos con mayor placer. Al contrario que el ejercicio, la alimentación sana y mantener a rayas nuestros impulsos más viciosos, seguir el consejo de dormir entre 7 y 8 horas diarias no nos supone ningún sobreesfuerzo, es placentero y nos procura un gran rato de felicidad. Salvo que suframos algún trastorno del sueño.
Las grandes aportaciones del sueño a la salud de las personas son:
Aumenta la creatividad. Un cerebro descansado es más productivo, hace que su memoria está más fresca y que la persona tenga reflejos mentales más ágiles.
Ayuda a perder peso. Aunque no lo creas, el dormir poco está asociado con la obesidad.
Nos vuelve más sanos. En las horas del sueño, el sistema inmunitario se regenera y le hace más fuerte para luchar contra gérmenes y toxinas.
Mejora la memoria. El sueño ayuda a retener los recuerdos y transforma la memoria a corto plazo en memoria a largo plazo.
Lucha contra la depresión. Durante la fase del sueño, el cuerpo produce melanina y serotonina. Estas hormonas mitigan los efectos de otras hormonas menos amistosas como la adrenalina y el cortisol.

Mantente hidratado

Es de todos conocida la certeza de que el cuerpo se nutre principalmente de agua. De agua está compuesto el cerebro en un 90%, los músculos en sus tres cuartas parte y los huesos en un 22%. Sin agua no hay vida, y mantenerse siempre hidratado es una regla fundamental para mantener una buena saludLos beneficios del agua en el cuerpo humano son múltiples:
Regula la temperatura del cuerpo
• Logra que la piel se mantenga elástica e hidratada.
• Facilita que órganos y articulaciones se conserven en buen estado.

La mejor forma de mantener el cuerpo hidratado es con la toma habitual de agua. Nada de bebidas azucaradas, alcoholes y otros sucedáneos. Las bebidas isotónicas son buenas cuando el cuerpo ha perdido muchos líquidos y electrolíticos después de haberse sometido a duras sesiones de ejercicio físico. El agua del cuerpo se pierde a través del sudor, la saliva, las heces, las lágrimas e incluso la respiración. Para reponerla, el agua es la única solución en cantidades repartidas a lo largo del día.

Di adiós a los vicios

Tabaco, alcoholismo, ludopatía, drogas, adicción al sexo son hábitos muy tóxicos y el camino más rápido para caer en la enfermedad. Una persona que sufre una dependencia se convierte en un esclavo de sus propios vicios y en un elemento de tensión en la familia y en el círculo de amigos y conocidos en el que se mueve. El camino de la rehabilitación ya sabemos que es muy duro; muchos lo intentan una y otra vez, y una y otra vez vuelven a caer por el tobogán de su adicción. Pero no es imposible. La historia está llena de ejemplos de superación, de gente que tocó fondo y, lejos de rendirse, decidió luchar y sacar la cabeza del pozo donde se hundían. Cuando nos alejamos de los malos hábitos, no solo recuperamos la confianza en nosotros mismos y recobramos el control sobre nuestros impulsos, sino que, además, comenzamos a recuperar la salud.