Las clínicas veterinarias en Latinoamérica frente a la pandemia

La pandemia del Covid 19 llegó hace ya varios meses para quedarse, y todo apunta a que pasarán toda muchos meses más hasta que acabemos por completo con ella, solo cuando encontremos la vacuna, o al menos eso se espera. El maldito virus ha cambiado por completo la vida de prácticamente todo el mundo, impidiendo que llevemos a cabo actividades habituales como ir a conciertos, viajar o incluso reunirnos en grupos grandes. Ha afectado a muchos tanto en la etapa de confinamiento como en la actual, donde todavía existen muchísimas restricciones a la vida cotidiana. Pero también está afectando a los animales, especialmente a las mascotas, que han visto cómo su vida también cambiaba, junto a la nuestra, por culpa del Covid 19 y sus repercusiones en todos los estratos de la sociedad.

Los animales han sentido en sus carnes esta pandemia porque la vida de sus dueños ha cambiado por completo, y eso se tiene que notar. En su momento, sacar al perro era una de las pocas “excusas” con las que se permitía salir a la calle, en las semanas de confinamiento. Sin embargo, también es cierto que solo se permitía una vez al día, y en unas condiciones algo  restrictivas que igualmente afectaban a la salud del propio animal. Otros animales domésticos también han estado sufriendo esas consecuencias, reportando incluso más casos de problemas y muertes en las mascotas. Las clínicas veterinarias están intentando hacer frente a la situación como pueden, pero es cierto que cada vez es más complicado vencer al virus, porque la fuerza con la que ha entrado es absolutamente brutal.

Uno de los campos más golpeados por la COVID-19

Se habla mucho de cómo el sector del turismo y la hostelería está perdiendo millones de euros cada semana por culpa de las restricciones por el virus, pero es verdad que no se mira tanto a los otros negocios. Las clínicas veterinarias, por ejemplo, están sufriendo también una auténtica pesadilla desde marzo, especialmente en países del sur de Europa como España. Aquí, casi el total de las clínicas han bajado sus ingresos en los últimos meses, algunas de ellas de manera drástica, afectando al propio negocio y poniendo en una tesitura complicada a los veterinarios para seguir adelante con su profesión, al menos en esas condiciones. Hay restricciones bastante importantes, como veremos ahora, y este tipo de clínicas están viendo cómo la mayor parte de su negocio se queda en blanco.

Disponibilidad de las clínicas veterinarias en tiempos de confinamiento

Las clínicas veterinarias permanecen abiertas, como cualquier otro comercio, en un horario habitual, pero con restricciones. Y es que, como cualquier otro negocio, estas clínicas tienen que someterse a la distancia de seguridad entre clientes, así como a la protección total de los trabajadores. Se hace necesario el uso de EPIs en todo momento, y solo se tomarán citas previas con tiempo suficiente, evitando que los clientes se agolpen en la sala de espera. Esto hace que no se puedan tomar tantos clientes y muchas clínicas hayan tenido que bajar su ratio, pero el tiempo de trabajo suele ser el mismo. Las restricciones también tienen que ver con los propios animales, con los que hay que tener especial cuidado en estos momentos.

La disponibilidad de las clínicas es total, pero es cierto que a veces puede costar encontrar cita para cuando queremos. Si es una emergencia, de hecho, la situación  puede volverse incluso más compleja. Ya dependerá de la clínica en sí el tipo de horario que tenga, o la disposición para atender ese tipo de emergencias veterinarias, que en ocasiones puede ser prácticamente nulo. Si tienes ya veterinario de confianza, lo mejor es que te pongas en contacto con él para conocer mejor las condiciones y la disponibilidad de horarios de la clínica. De hecho, en muchas ocasiones te piden que, si no es algo grave, trates de aplazar lo máximo posible la visita, para cuidados, chequeos, etc…

¿Hay riesgo de contagio en animales de compañía?

Aunque se han dado algunos casos de coronavirus en animales, han sido muy pocos y seguramente supongan excepciones a la regla general. ¿Puede mi mascota haber sido contagiada en casa, o contagiarnos incluso a nosotros? Parece bastante improbable, casi imposible de hecho, y es mucho más habitual que tu mascota coja otro tipo de enfermedad antes que el coronavirus. El riesgo es mínimo, pero tampoco está de más cuidar la higiene de nuestra mascota especialmente durante este periodo, por nuestra cuenta, lavarlo  y cuidarlo más, sobre todo después de sacarlo de casa, y tomar por supuesto todas las medidas de protección necesarias para esos paseos, con la mascarilla, la correa y demás.

Qué medidas adoptan las clínicas veterinarias

Las clínicas veterinarias han tenido que tomar medidas excepcionales para recibir clientes en esta época de coronavirus, como han hecho prácticamente todos los comercios. La primera de ellas es tomar solo citas previas, para evitar aglomeraciones. De hecho, la mayoría de las clínicas intentan espaciar cuanto pueden esas citas, para que no haya tanta gente esperando. En las situaciones donde se cree una aglomeración en la sala de espera, la clínica tiene que pedir a los usuarios que salgan fuera, y serán llamados luego, por orden, para entrar a su cita. Esto puede ser algo complejo, pero es cierto que depende exclusivamente de cómo lo organice la propia clínica.

Al entrar tendremos que limpiarnos con gel hidroalcohólico, y utilizar en todo momento las mascarillas, tratando de mantener la distancia de seguridad de al menos 1,5 metros con el resto de clientes cuando sea posible. Se recomienda igualmente el menor contacto posible con objetos del mobiliario de la clínica, para mayor seguridad. En caso de hospitalizaciones, lo habitual es que el veterinario se ponga en contacto con el dueño de la mascota para que vaya a verla solo cuando le digan, evitando así más aglomeraciones innecesarias en la clínica.